Visitar el distrito rojo de Ámsterdam es como recibir un saco de fruta podrida. Ambiciosa por el dinero, una puta holandesa con una verdadera puta para (él) se toma un tiempo para tener sexo intenso con un turista desventurado. Ella lo toma a cuatro patas, con la ropa rasgada antes de recibir una corrida en la cara. Pura realidad eurosex.