La Ama lleva al macho beta al límite en placer, humillación, gemidos y obediencia. Es una máquina de pollas sin sentido que se inclina a su orden, rindiéndose a sus pajas mientras gotean perfectamente, domme aprobada, sus palabras penetrantes y afiladas asegurándose de que no haya errores. Esto es un viaje sensorial a los rincones más profundos del placer BDSM y femdom.