Son lo que uno puede llamar placeres sensuales, donde se disfruta el clímax en su totalidad. Esta categoría es una interacción explosiva de las dos partes en las que el ‘receptor’ está demasiado ansioso por atrapar la cálida y pegajosa ofrenda de la lujuria. Se puede esperar un juego de poder, durante el cual se exploran los límites del deseo y se desarrollan nuevos protocolos. Mira esta escena visceral y básica de penetración, en la que la última gota importa y cada segundo es un testimonio de satisfacción sexual. Este es el campo que abraza el hedonismo inalterado, y cuya única ley es apreciarlo completamente